El ónix es una piedra semipreciosa de origen sedimentario, formada por la deposición de carbonato de calcio en capas sucesivas, generalmente en cavernas o manantiales ricos en minerales. Estas capas crean vetas de colores llamativos y translúcidos, que van del blanco al verde, ámbar o marrón. En la construcción, el ónix se valora principalmente por su belleza y capacidad de transmitir luz, lo que lo hace ideal para aplicaciones decorativas. Se utiliza en revestimientos, encimeras, lavabos, lámparas y muros retroiluminados. Aunque es más delicado que otras piedras, su apariencia lujosa lo convierte en una opción exclusiva en proyectos de alto diseño.